“En las próximas dos décadas la Abogacía y la administración de justicia cambiarán mucho más de lo que ya han hecho en los últimos dos siglos”

Manuel Marchena

El magistrado y presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena Gómez ha sido el encargado de arrojar luz sobre la ‘Inteligencia artificial y proceso penal’, cerrando así las Jornadas de Derecho Penal organizadas por el Colegio de la Abogacía de Cantabria con el patrocinio de VLEX y en colaboración con Cámara Cantabria.

El ponente abordó los profundos cambios que se avecinan en el horizonte más próximo, como consecuencia de los avances de las IA y su utilidad en el ámbito de la administración de justicia. En su exposición, llegó a afirmar que “en las próximas dos décadas la Abogacía y la administración de justicia cambiarán mucho más de lo que ya han hecho en los últimos dos siglos”.

Comenzó su intervención provocando una reflexión de los asistentes acerca del porqué el uso de las redes sociales, que forman ya parte inseparable de nuestras vidas, es gratuito, en contraste con el valor de mercado de esas empresas. La razón es obvia: los datos que proporcionamos a nuestros proveedores son mucho más valiosos que el dinero que podían cobrarnos por la utilización de las aplicaciones.

Para referirse al tiempo previsible en el que se desarrollarán esos cambios aludió a las peripecias de Kasparov -que éste narra en su libro Deep Thinking-, cuando tuvo que superar el impacto psicológico de perder un campeonato de ajedrez a 6 partidas con una máquina diseñada por IBM. Todo había empezado en 1985, fecha en el que el campeón del mundo más joven de la historia se había enfrentado a 34 ordenadores en una simultánea. Ganó sin dificultad a todos ellos. Sin embargo, en 1997 sufrió una severa derrota que le hizo cambiar su vida. La IA había triunfado sobre la inteligencia humana.

Y ese desafío entre IA e inteligencia humana tuvo otros dos momentos que sellaron la victoria para siempre del algoritmo sobre el coeficiente intelectual: el diseño de Watson, el algoritmo que venció al campeón del mundo del concurso televisivo más visto en la televisión americana y la programación de Alpha Go, un ambicioso algoritmo que derrotó al admirado campeón del mundo del juego “Go”, para muchos un juego con muchas dificultades que el ajedrez.

Llamó a la reflexión sobre esas dos fechas: 1985 y 2016, años que han marcado el definitivo triunfo de la IA sobre la inteligencia neuronal de los humanos.

“Vamos, pues, a un ritmo en el que todo puede desencadenarse en dos o tres décadas. Y la justicia no podrá mantenerse al margen”, indicó.

Para Marchena, “el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito de la jurisdicción penal, por ejemplo, cada vez es más visible. Los interrogantes jurídicos nos asaltan y presentan el desafío de dar respuesta a fenómenos nuevos con instrumentos no siempre novedosos”. La justicia robótica está revolucionando, por ejemplo, el sistema de derechos, señaló. Ya hoy se habla del derecho a la indemnidad neuronal, como derecho a no sufrir la injerencia de los poderes públicos para condicionar las respuestas del ciudadano; el derecho a la trazabilidad del algoritmo, esto es, el derecho a conocer las claves que están detrás de la respuesta computarizada a un interrogante que va a ser solucionado por IA; el derecho al entorno virtual o derecho a exigir la impenetrabilidad del Estado en esa huella virtual que vamos dejando de nosotros mismos cuando nos valemos de las comunicaciones telemáticas; el derecho a la imparcialidad del programador o, simplemente, el derecho a no ser engañado en las redes sociales, del que ya se ha ocupado el Reglamento de la UE 2065/2022”.

Por último, se refirió a la necesidad de que la justicia no pierda nunca su conexión con el razonamiento humano. “Ser juez es algo más que dictar sentencias. Los jueces robóticos nunca podrían configurar un poder del Estado llamado a fiscalizar las arbitrariedades del poder”.

Precedieron a Manuel Marchena en estas jornadas: el Fiscal de Sala del Tribunal Supremo y ex Magistrado del Tribunal Constitucional, Antonio Narváez Rodríguez con la ponencia ‘Secreto del sumario y derecho de defensa’ y Antonio del Moral García, magistrado de la Sala Penal del Tribunal Supremo y Carmen Sánchez Morán, abogada y miembro de la Comisión de Codificación Penal del Ministerio de Justicia, que fueron los protagonistas de la tarde del miércoles 18 de octubre: Antonio del Moral con la ponencia ‘Prueba lícita. Últimas tendencias jurisprudenciales’ y Carmen Sánchez Moran con su exposición sobre ‘La reforma de los delitos sexuales’.

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