Desde el Colegio de la Abogacía de Cantabria queremos acercar a nuestros profesionales de la mediación a los lectores de nuestra página: tanto a aquellos que buscan asesoramiento, como a los profesionales que forman parte de esta institución. Por eso, hemos realizado una entrevista a Mª Pilar Gómez Fernández, profesional de la abogacía presidenta de la Comisión de Mediación de este Colegio. Hemos hablado con ella sobre la importancia de la mediación y distintos aspectos que contribuyen a poner negro sobre blanco una herramienta útil en la resolución de conflictos.
P- ¿Qué puede aportar la mediación a un profesional de la abogacía?
En la medida en que el abogado defiende los intereses de su cliente, a través de la mediación se le ofrece un servicio más que pueda servirle para resolver eficazmente el problema que plantea.
P- ¿Y a la ciudadanía?
La posibilidad de solucionar los problemas por ellos mismos, a través de una persona que facilite el diálogo, con oportunidad de encontrar vías menos agresivas y y que satisfagan a ambas partes, porque son ellos quienes las han elegido.
P- ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles (si los hay) de la mediación?
El punto fuerte quizás, que favorece retomar el diálogo y restablece la comunicación, al menos para afrontar aquellos puntos que provocaron la confrontación.
El punto más débil que no siempre ambas partes están en igualdad de condiciones a nivel personal, para alcanzar soluciones que objetivamente sean igual de satisfactorias.
P- ¿Cuáles son los pasos para acceder a la mediación?
El fundamental: dirigirse a una entidad de mediación, al Centro de Mediación del Ilustre Colegio de la Abogacía de Cantabria (CMICAC), para formular la petición de medicación, que puede hacerse o bien por una de las partes o por todas las interesadas. Después se organizará una sesión informativa en la que se explicará en qué consiste la mediación; y a partir de ahí si ambas partes quieren se iniciarán las sesiones.
P- ¿Podría contarnos algún caso como ejemplo para exponer el trabajo de la mediación?
Hay muchos supuestos quizás los más comunes sean en materia de familia, con muy buenos resultados; comunidades de vecinos; ámbito escolar y sanitario. En estos casos los interesados encuentran realmente la solución a un problema que creían no la tenía o al menos no eran capaces ni siquiera de plantearla.
P- ¿Podríamos decir que la mediación es una herramienta útil para aliviar el atasco de la justicia?
Será verdaderamente útil cuando se pongan los medios necesarios para que la mediación sea una realidad, porque entonces sí será una herramienta adecuada y útil para desatascar la justicia.
P- ¿Hay asuntos concretos en los que no puede aplicarse la mediación?
No serían mediables aquellos asuntos en los que haya un trasfondo de violencia de género o malos tratos contra menores o discapaces; aquellos asuntos laborales que afecten a derechos fundamentales de los trabajadores; o aquellos en que la conducta de alguna de las partes sea constitutiva de delito, por ejemplo.
P- ¿Cuáles son los retos del CMICAC hoy en día?
Conseguir que los compañeros y compañeras recurran al mismo cuando entiendan que los problemas de sus clientes son mediables, sabiendo que su intervención por ello no deja de ser imprescindible, así como la ciudadanía vaya conociendo y acercándose a este sistema como vía de resolver sus controversias.
P- ¿Qué hay detrás de la figura de un mediador?
Formación, mucha formación para manejar herramientas que favorezcan , faciliten y promuevan la comunicación entre las partes acuden a mediar, y sobre todo empatía.
P- ¿Por qué algunos de los profesionales de la abogacía no confían en la mediación? .
Creo sinceramente que no confían en la mediación porque no profundizan ni entienden realmente que la mediación es un complemento muy positivo en la actividad del abogado; que hay muchos asuntos que se pueden resolver de forma satisfactoria y eficaz a través de este medio, sin necesidad que se judicialicen, y además de una forma muy beneficiosa para el cliente, con la consecuencia además de que el cliente quedará mucho más satisfecho y, a buen seguro, cuando tenga otro asunto recurrirá a su abogado; además la figura del abogado es necesaria en el proceso de mediación como vía de apoyo y asesoramiento del cliente.
